Esta sangre procede directamente de la ganadería toledana de Wenceslada de Paz. La vacada de Wenceslada de Paz tenía su procedencia originaria de la que formara en el siglo XVIII Gregorio Vázquez. Posteriormente su hijo Vicente José Vázquez termina de configurar un encaste que aún perdura en nuestros días. A su muerte la vacada es adquirida por el rey Fernando VII, y posteriormente pasa a los Duques de Osuna y Veragua, quedando como único propietario el segundo en 1849. En 1927 adquiere la vacada Manuel Martín Alonso, éste antes de vender la ganadería y derechos de hierro a Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, vende un lote a D. Luís Jordán de Huríes (Marqués de Castro Nuevo) quien posteriormente vende a D. Mariano García de Lora y este a D. Emilio Arroyo. Este último vende cierta cantidad de ganado a D. Manuel Muñoz Rodríguez de Aguilar, quien a su vez cede parte del ganado a D. Samuel de Paz (1966), si bien este había ingresado en la Asociación de ganaderos de, lidia en 1957 con ganado de los Hnos. Muñoz del Castillo y Celso del Castillo, fue eliminado gran parte del ganado, quedándose sólo con los animales de procedencia Veragua, en 1991 la ganadería pasa a manos de su hermana Doña Wenceslada de Paz. En al año 2000 esta ganadería es adquirida por la familia Fraguas quien a su vez añade 2 sementales de Julio de la Puerta a fin de aportarle más cara a sus productos, así como evitar un problema que ya se hacía patente como el de la consanguinidad. Ambos sementales proceden de la línea Vazqueña que posee la ganadería de Julio de la Puerta